Os presentamos dos de las operaciones más útiles para dotar a la superficie de trabajo de una calidad de acabado óptima para la talla.
Para iniciar la talla de un relieve, una vez cortada la madera podemos alisarla para dibujar el motivo en la tabla. Reducimos esfuerzos y mejoramos la precisión del grabado si la superficie tiene planitud y un fino acabado.
Si nos proponemos realizar una talla tridimensional deberemos unir con cola blanca varios tablones con buen contacto entre caras para originar un bloque macizo de dimensiones suficientes.