En ese retorno a la cultura griega que caracterizó los siglos XV y XVI los artistas estudiaron intensamente la geometría necesaria para sus dibujos. Quisieron hallar la razón que se escondía detrás de la perfección del arte helénico. Y sin duda lo lograron.
El Laocoonte fue descubierto el 14 de enero de 1506 en las excavaciones de las Termas en el área del palacio del emperador Tito (79-81 d.C.). Su descubrimiento causó un enorme revuelo. El escultor Francesco da Sangallo y Miguel Ángel presenciaron la excavación de la obra y comprendieron el valor artístico de la misma aconsejando al papa Julio II que la adquiriera.