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Acabado
El primer paso para cualquier tipo de acabado es preparar la madera. Normalmente habremos cepillado y lijado las tablas (siempre en el sentido de la veta, empezando por lija del grado 120, siguiendo por 240 y terminando con 1000 o lana de aluminio de cuatro ceros) antes de dibujar el diseño y de empezar a tallar, de otra manera el lijado posterior arruinaría los bordes afilados de la obra. Una vez hemos acabado de tallar el diseño, sólo nos quedará eliminar los rastros que pudieran quedar de lápiz. Los borraremos con goma, blanca para que no se tiña la madera de color. Otro truco muy práctico es frotar la talla con alcohol, desaparece el lápiz y no se levantan las fibras. En todo caso no usemos la lija ya que redondearíamos los cantos tallados.
Hay varias técnicas para darle un acabado a la madera. Entre las más habituales estarían el barniz, la gomalaca, el aceite y la cera. Una de las que utilizo es la fórmula conocida como barniz graso. Combina la apariencia de profundidad de veta y tacto sedoso propia de un acabado clásico al aceite con la duración y protección de un moderno barniz. Como ventaja añadida está el que no hace falta preocuparse de los problemas habituales del barnizado: marcas de pinceladas, polvo depositado mientras seca el acabado, etc ..., ya que es un barniz muy fluido que se frota después de aplicarlo.
El barniz graso es una combinación a partes iguales de aceite de linaza cocido, barniz incoloro brillante y esencia de trementina (aguarrás puro). Utilizaremos materiales de primera calidad, aceite y trementina refinados (de los preparados para artistas al óleo) y un buen barniz comercial, como por ejemplo los marinos o para intemperie. El líquido ambarino resultante de esta mezcla a tercios es un barniz muy diluido.
Lo aplicaremos a pincel en una capa generosa, empapando la madera y repasando las muescas talladas. Al cabo de media hora, la mayor parte del barniz graso habrá penetrado en la madera, pasaremos un papel de cocina por toda la talla, retirando el aceite no absorbido. Este punto es muy importante, si dejamos aceite en la superficie a las pocas horas estará pegajoso.
Repetimos el proceso al día siguiente.
Este acabado al barniz graso tiene un efecto secundario y es que hace resaltar la veta de la madera (ver foto), por lo que si se trata de una talla con un motivo complejo es preferible utilizar un acabado a la cera.
Para ello aplicaremos a la tabla un par de capas de gomalaca para sellar la madera. Se ha de trabajar rápido con el pincel, porque al tratarse de un producto con base alcohol seca casi instantáneamente, ojo por tanto con los fondos de las muescas, no se deposite un exceso de laca.
Una vez aplicada la gomalaca, usaremos una brocha de las de afeitar para dar la cera. Trabajaremos como siempre poniendo especial cuidado de que no se saturen los fondos de los cortes. Al día siguiente frotaremos enérgicamente la tabla con un cepillo limpio de los de calzado y daremos otra mano de cera.
Tanto la gomalaca como la cera se pueden comprar listas para su uso, aunque yo prefiero fabricarmelas, de esa manera controlo los ingredientes usados. En las tiendas de productos químicos (por ejemplo Riesgo, en Madrid) adquirimos cera pura de abeja, que mezclaremos con trementina (aguarrás) a nuestro gusto de consistencia. La gomalaca (secreción del insecto Coccus lacca) tiene la apariencia de pequeños cristales color ámbar, se disuelve en alcohol en una proporción de 1:5 en volumen.
Espero, Victor que te sea de utilidad.
Así mismo si quieres conservar lo más posible el color de la madera, ponlte tapaporos transparente (sin tono de color) disuelto en disolvente nitro (nunca con aguarras normal), lo dejas secar y despues le pones barniz transparente, le dará un leve tono amarillo, pero si lo disuelves y le das varias capas, respetando el secado enre una y otra, te quedará má claro y el color de la madera será lo más parecido al color de la madera original.
Deseo te sea de utilidad.