No siempre hay que buscar razones. Optas, eliges, seleccionas, prefieres. Lo llaman libre albedrío.
Lo consideran una de las capacidades que definen la mente humana olvidando que hay cosas naturales que simplemente se cuelan por los sentidos, igual que la lluvia moja el rostro.
Decir que son genuinas o auténticas nos lleva de nuevo a conjeturas. Hoy no estamos para eso.
Obviemos el silencio, que intenta solemnizar, quitemos los tambores, que asustan, las ideologias, que distraen. ¡Sólo la vista!. ¡Sólo la cámara que captura ideas para el recuerdo!
¿Cómo mira un tallista la obra que tiene enfrente?. Se aproxima, acerca, arrima. Quiere ver los detalles. Nadie, salvo un amante de la talla, los tallados, sabe cuanto tiempo pudo llevarle al autor el trabajarla.
Eso vamos a hacer, llegar hasta la superficie, sin quedarnos en ella.
¿Os interesa la escultura figurativa en madera? Me refiero a la representación de la figura humana.
La disección de cadáveres que hacia el 1400 iniciaron los artistas del Renacimiento incorpora los estudios de anatomía humana y la ciencia influye de forma muy diversa en la escultura desde esa fecha hasta nuestros dias.
¿Sabéis de algún buen escenario para ambos propósitos? , ¿qué tal un museo?. En la escultura religiosa encontramos un buen motivo para aplicar conocimientos anatómicos en condiciones extremas. Lo mejor: es en su mayoría madera policromada de pino silvestre de Soria y Segovia, nogal en las sillerias, etc...
Si sumas, henos aquí de nuevo en Valladolid. Lluvia y hasta nieve en las calles.
No siempre hay elección. Muchas veces la historia toma caminos inesperados que nos conducen a la realidad actual.
Para empezar, durante los años 1601 a 1606, Valladolid fue sede de la corte española, hasta que la capitalidad pasó definitivamente a Madrid.
Capricho del valido (Duque de Lerma) del monarca del mayor Imperio europeo conocido hasta entonces (Felipe III).
Sillerias, retablos y figuras consumían los grandes pinares cercanos. Artistas alemanes, holandeses, italianos y franceses acuden a la Corte en respuesta a la demanda.
Lo que vemos hoy en el mayor museo de occidente de arte religioso, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, son sólo fragmentos rescatados tras la Desamortización (1798 a 1924). La expropiación forzosa de los bienes, donados por los fieles a las órdenes religiosas, iniciada por Godoy, primer ministro de Carlos IV (1788-1808).
Desde entonces no ha habido revolución o reivindicación política, social o intelectual en nuestro país que no haya quemado imágenes de madera.