Inicialmente ideados para la copia de estatuas, los sistemas de “sacado de puntos” derivan de la técnica de dibujo por encajado en cuadrícula.
En otro tiempo oficio, en la actualidad la mayoría de escultores lo utilizan para trasladar a la madera o mármol, sin riesgos y si es necesario a escala mayor, la compleja geometría de la figura inicialmente concebida en arcilla o yeso.
En el libro La Talla en Madera de Medina Ayllón, se explica con claridad las posibilidades de un tipo de máquina de puntos que trajo de su tierra natal, de la que queremos daros detalles.
Una vez modelado en barro el boceto, que posteriormente servirá como patrón a seguir, y que puede ser de la misma o distinta escala a la escultura definitiva, se trasporta al bloque por medio de la técnica de sacado de puntos. Eso evita riesgos en la ejecución disminuyendo la posibilidad de equivocarse, resultando prácticamente imprescindible cuando las dimensiones, tiempo que demanda la talla o complejidad geométrica lo aconsejan. El bloque grande no admite errores pero son más fáciles de cometer en figuras reducidas.
Existió la figura de sacador de puntos. Dudamos de que subsista alguno en la actualidad. Hoy el propio imaginero hace todas las labores del oficio.
Miguel Ángel Tapia, imaginero de Viana de Cega en Valladolid explica en su página web, el proceso sobre figuras a tamaño real:
“Primero se procede al silueteado de la figura
Sobre el bloque de madera se marca la silueta de la figura para proceder a eliminar el material sobrante. Serrando se van definiendo los planos generales de la pieza. Durante este proceso el bloque va perdiendo sus aristas y, poco a poco, se vislumbra la forma de la figura.
Se emplea herramienta de carpintería como las sierras y formones que ayudan a quitar la mayor cantidad de material sobrante del bloque.
El sacado de puntos consiste en determinar las distancias en el modelo de yeso y traspasarlas al bloque de madera mediante un punzón o aguja de puntos. Es una técnica empleada en escultura desde miles de años atrás.
Colocamos el bloque de madera y el modelo de yeso dentro de un bastidor a una distancia fija. Con la aguja de puntos, se procede a medir y marcar los puntos más salientes y esenciales.
A medida de que se va midiendo, se va desbastando la madera con gubias a golpe de maza, obteniendo así el volumen aproximado de la imagen para su posterior tallado y modelado.
Una vez sacados todos los puntos, retiramos la imagen del bastidor para comenzar el tallado. En este proceso obtendremos la imagen y el volumen ya definidos de la escultura.
En este proceso se emplean las gubias con más precisión que en el desbastado. Los pinceles son al pintor lo que las gubias al escultor. Existen diversas formas y tamaños para facilitar un buen dominio sobre la talla y acceso a los puntos más delicados de la imagen”.
El escultor, logra una pieza única e irrepetible. A lo largo de la historia, la reproducción de esculturas famosas, ha tenido una gran importancia. Para lograr hacer las copias, lo más fidedignas posible, el hombre ha desarrollado diferentes métodos.
El escultor trataba de aplicar a la escultura una técnica de reproducción muy conocida para la copia o ampliación de dibujos: la cuadricula.
¿Cómo hacer una cuadricula en la superficie sinuosa de una escultura?
Imaginaron la imagen inscrita en una caja cuyas dimensiones máximas se correspondieran con los puntos más salientes de la misma. Esas son las medidas que tendrá que tener el bloque en el que se va a reproducir la escultura.
Imaginemos que, para poder ver la escultura en su interior, esa caja fuera transparente, trazando una cuadricula en cada cara de la caja tendríamos una referencia plana que podríamos trasladar por copia del modelo.
Para poder situar cada punto de la superficie del modelo al lugar exacto que debe ocupar en el bloque a tallar necesitaremos tres medidas, dos nos darán el punto exacto en dicha cara de la caja y la otra la distancia o profundidad a la que se encuentra de ella.
Esto es lo que se conoce como sacado de puntos, determinar esas distancias y trasladarlas al bloque de madera en que se va a reproducir la talla mediante unos orificios que entonces se hacían mediante un punzón llamado trepano. Los escultores de la antigüedad tenían en su taller especialistas en el sacado de puntos. Incluso el desbastado era realizado por discípulos, entrando el escultor o maestro en la fase final de la obra.
Cuantos más puntos traslademos al bloque mayor será la precisión de la copia.
Una vez pasados todos los puntos al bloque se procede al desbastado, con atención para no pasarse de las referencias que marcan los agujeros practicados en la madera.
Leonardo da Vinci describe así su invención, "la caja de varillas": "Si queréis hacer una figura de mármol, haced primero una de barro. Cuando la hayáis terminado, dejadla secar y colocadla en una caja que sea lo suficientemente grande como para que, una vez secada la figura de barro, quepa en ella el bloque de mármol en el que pretendéis tallar la figura correspondiente a aquella. Una vez colocada ésta en el interior de la caja, introducid en ella, por unos agujeros hechos en las paredes, unas pequeñas varillas de color blanco, y empujadlas hasta que toquen la figura, cada una de ellas en un punto diferente. Pintad luego de negro la parte de la varilla que quede fuera de la caja y marcad cada varilla y su agujero con una misma señal, de forma que más tarde cada una vaya al sitio que le corresponde. Sacad después de la caja la figura de barro y poned en ella el trozo de mármol, quitando de él, la materia necesaria para que todas las varillas entren en los agujeros hasta donde marcan las señales".
En el libro La Talla en Madera de Medina Ayllón, del que hemos hablado en varias ocasiones, aparece un modelo de gramil sacador de puntos que aprendió a utilizar de su maestro, en su tierra natal. Los alumnos de Escultura de la Escuela Llotja son formados en la técnica de su uso. Medina suele insistir en la importancia que tienen las matemáticas en la escultura. Permite trabajar en tallas de tamaño pequeño a medio, que tenga puntos entrantes de hasta 90 cms por lado.
Por petición de varios amigos de Tallamadera.com, dirigimos nuestra consulta al Maestro Medina, para adquirir el instrumento. Este, generosamente, nos facilitó el acceso a un taller que, partiendo de un dibujo del Maestro y minuciosas descripciones de cómo debe ser cada detalle, viene realizando, hace algo más de una década, ese instrumento.
“Las primeras máquinas de sacar puntos me las hacían en Andalucía, copiadas de una italiana. Este señor, que era un maestro tornero, se hizo mayor y perdió la vista y dejó de surtirme. Encontré en Hospitalet de Llobregat un taller, cuyo dueño, el Sr. Juan, las continuó haciendo igual, con una muestra que yo le llevé. Yo había estado en su taller. Si no los localizas y conoces algún tornero de hierro "manitas" yo te puedo dejar una mía para que la tenga de muestra y os haga unas cuantas”.
Juan, el responsable del taller que en Hospitalet se dedica a reparar y mecanizar todo tipo de piezas de torno fresa y taladro, es un almeriense, que guarda buen recuerdo de Medina. “Yo tengo algo de acento andaluz pero él muy poco, a pesar de ser de Jaén”.
"Hasta que no fui invitado a visitar la Escuela LLotja no entendí para que servía el aparato. La punta ha de fabricarse en varilla cuadrada. Una chapa doblada hace muelle sobre el vértice del cuadrado. Si apoyase sobre la cara plana del cuadrado no se mantendría, igual, en esa posición. En la LLotja vi otros muchos artilugios semejantes de diferentes tamaños. Medina me mostró toda la Escuela".
Os recomendamos, por muchos motivos, tanto el libro de Medina, donde se explica con todo detalle su forma de uso, como este gramil, pieza escasa que ha acompañado a todos los artistas de la madera, muy difícil de encontrar en la actualidad.
El brazo consta de seis partes bien diferenciadas que deben cumplir determinadas condiciones.
Un listón de madera, de 25 x 25 x 200 mm, con un taladro de 8 mm en un extremo.
Una barra soporte realizada en varilla de acero rígido de 7 mm .
Un pasador de latón bloqueable mediante tornillo adecuado para fijar firmemente la barra. El pasador, de eje inclinado respecto a la barra, se une al listón de madera mediante un tornillo pasante y dos arandelas de acero, una por cada lado. Una sólida palomilla permite fijar el conjunto, evitando al mismo tiempo el desplazamiento del punto elegido en la barra y el giro de la madera. La inclinación de su eje permite separar el gramil del soporte de madera de forma que nunca interferirá su movimiento.
Una rótula de latón bloqueable por tornillo. Permite fijar la punta del instrumento en cualquier posición en el espacio.
Un cajetín – guía por el que pasa, de forma bien ajustada, la varilla cuadrada que constituye la punta de medición de profundidad. Una chapa doblada actúa, como ya dijimos, de muelle de presión para ofrecer la justa resistencia para evitar el desplazamiento de la varilla.
Por último una aguja de profundidad acabada en una punta muy fina para marcar con exactitud el punto a desbastar, y en un tope soldado al otro extremo.
Un pasador, bloqueable por tornillo, realizado en latón con orificio interior cuadrado que actúa como tope de profundidad.
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Las características técnicas son:
Profundidad de medición: 28 cm.
Longitud de la aguja, incluido tope: 30 cm
Longitud brazo articulado: 41,5 cm.
Base de madera (largo x ancho x alto): 20 x 2,5 x 2,5 cm
Separación entre la madera y la barra soporte: 20 mm.
Separación entre la barra soporte y la aguja de profundidad: 80 mm.
Peso aprox sin madera.: 496 gr.
Peso con madera: 595 gr.
Al conjunto hay que añadir:
La cruz para la reproducción a igual escala. Debe ser realizada a medida del modelo
Las cajas de coordenadas si la figura ha de ser tallada a mayor escala. Se fabrica en cada caso para contener exactamente la figura, modelada en arcilla o el positivo en yeso y el taco a tallar
Mini-sargento para fijar la barra de madera al soporte, sea cruz o caja. Ancho máximo 8 a 10 cm.