Iniciarse en la talla con una especie de comportamiento tan noble como el Tilo permite progresar rápidamente, pero detrás de cada defecto, fractura, desgarro, o reacción inesperada de la gubia o el cuchillo hay una razón.
El árbol es un ser vivo que se reproduce por semillas.
Si viviéramos en el Paleolítico esta sería una información muy útil. Fabricaríamos un cuenco con ramas del árbol que tiene piñas, y una lanza afilada con las del árbol que da nueces o frutos jugosos.
La madera: el esqueleto del árbol
Un Tilo como el de la fotografía, las Hayas, Arces y Alisos absorben agua del suelo mediante su red de vasos y poros dispersos, a velocidades de 2 a 6 m/h, y en un día caluroso puede llegar a necesitar 370 litros de agua.
Olmos, Robles y Castaños con vasos dispuestos en anillos llegan a velocidades de 4 a 44 m/h .
Un Abeto o un Pino no ha llegado al mismo nivel evolutivo y no llega a los 1,2 a 1,4 m/h
En un día caluroso de verano, la pérdida de agua por transpiración de las hojas puede llegar al 90%
El agua sube desde las raíces hasta las hojas a través de la albura de color más claro que el duramen y más blando y poroso. La de Tilo es muy blanda, tiene un olor característico y rompe longitudinalmente al tallarla.
Sólo las capas externas del leño formadas por los anillos anuales más jóvenes contienen todavía células vivas. Son también las únicas que almacenan substancias de reserva.
Las partes viejas del leño, lo que conocemos como madera normal, pierde la conducción de agua por penetrar aire en su interior. Esta parte se llama duramen y solamente sirve para dar resistencia al tronco. 
El color más oscuro del duramen se debe a la oxidación de los taninos que utiliza la madera para evitar su propia descomposición. Cuanto más oscuro es el duramen más dureza suele tener.
Las células antes de morir segregan productos como los taninos e incluso substancias inorgánicas como cal (carbonato cálcico) en el Olmo y sílice en la Teca de madera extraordinariamente dura.
Otro gran consejo para nuestro hombre del Paleolítico. ¡Busca madera oscura!.
Estructuralmente el árbol necesita resistencia a la flexión y no tanto a la tracción.
El cambium formado por tejido vivo se alimenta de la savia que conduce el liber y es el que permite al tronco crecer en diámetro generando floema y albura nuevas.
La médula acumula substancias de reserva como azúcares y otros compuestos hidrocarbonados y los radios medulares llevan estos a las zonas de crecimiento.
