Su calidad artística lo iguala a las más grandes figuras del barroco europeo.
Su padre Nicolás (Vincenzo Nicolo), nacido en Italia, se formó como aprendiz incorporándose con 18 años a un taller de Nápoles acostumbrado a realizar obras religiosas para España.
Dirigió el taller trás la muerte de sus patronos. Decidió probar suerte en España abriendo su propio taller tras desembarcar en el puerto de Cartagena.
Por esa época un escultor alsaciano,Nicolas de Bussy, -tras superar un periodo de aprendizaje y los exámenes a los que sometía los rigurosos gremios del Reino de Valencia a los artistas extranjeros-pudo trabajar en nuestro país llegando a la corte para trabajar en las obras del Palacio Real de Aranjuez.La influencia de su estilo y el éxito de este artista marcaron los inicios del taller de Don Vicente Nicolás.
Tras casarse con Isabel Alcaraz, vieron la luz 7 hijos que llegaron a edad adulta.
María Teresa, Francisco , José Antonio -también escultor murió al caer de un andamio, María Magdalena, Francisca de Paula que ingresó en las monjas capuchinas, Inés y Patricio que siguió carrera sacerdotal.
Dieciocho años separaban a la hija mayor del pequeño, resultando providencial para la buena marcha de la familia y del taller tras la muerte del padre.
Nuestro artista como primogénito varón, recibió el nombre de su abuelo Francisco y una buena formación intelectual con los jesuitas. Su padre le hizo tomar clases de dibujo y colorido con Manuel Sánchez presbítero pintor.
Desde bien joven ayudaría en el taller paterno.
Con tan sólo 20 años tuvo que asumir la dirección del taller, para entonces, ya con plena formación de maestro.
¿De qué tallista estamos hablando?
Francisco modifica la influencia de Bussy mezclándola sabiamente con otras como la del marsellés Antonio Dupar y aquellas que llegaron a nuestro país a través del influyente puerto de Cartagena, …hasta hacerlas desaparecer con su propia personalidad.
La precisión con que trata músculos, venas y tendones es propia de un especialista. En la representación de la piel, tersa o distendida según la edad, es un incuestionable maestro.
La composición de sus grupos de figuras es perfecta; estructurándola en figuras geométricas triangulares, piramidales etc….
Progresivamente abandona la gesticulación excesiva en rostros y actitudes siendo especialmente visible en sus vírgenes dolorosas. En su última etapa se anticipa al neoclasicismo que surge en Europa, (aplomo, solidez de columna, formas contundentes, belleza serena, mirada dirigida al espectador y no al cielo, colores suaves…) abandonando las expresiones barrocas (cejas arqueadas, tremenda vibración de los rasgos faciales, aspecto magro y tenso del cuerpo que reflejan el dolor físico y psíquico de sus imágenes) y rococós (rostros dulces y aniñados y modelos muy movidos de ropajes) de su considerada mejor obra.
Maestro del dibujo y gran conocedor de la anatomía- otra cualidad artística que lo identifica es la capacidad de hacer bocetos en barro previos a la talla en los que estudiar posturas y movimiento, así como plegados y colocación de cabellos. Consideraba estas piezas de 9 a 29 cms como herramientas para facilitar el trabajo posterior; útiles también para sus enseñanzas a los discípulos. Francisco realizaba concienzudos estudios de lo que iba a realizar, utilizando obras gráficas preexistentes de esculturas hechas por los grandes maestros que formaban parte del patrimonio de su muy organizado taller.
El trabajo en el taller estaba fuertemente jerarquizado. Contaba con la colaboración de diversos ayudantes que se encargaban de los trabajos previos a la talla de la madera y de intervenir en diversos aspectos de su proceso de ejecución.
Los miembros del taller quedaban sometidos a la disciplina de Salzillo, cuya personalidad y calidad como escultor iban trazando el estilo a seguir, con el resultado de una gran uniformidad en todas las obras que salían del mismo. Su concepto de la imagen y del color se veía reflejado en todos los pasos a seguir hasta llegar al resultado final.
Con la ayuda de un retrato- realizado cuando contaba 25 años de edad-hemos traído a nuestro tiempo su rostro junto a su obra inmortal.
Hablabamos en efecto de Francisco Salzillo Alcaraz (Murcia 12 de Mayo de 1707 - 2 de Marzo de 1783), creador de la Escuela Murciana de Imaginería y primer director de la Escuela patriótica de Dibujo de esa comunidad. Su vida transcurrió enteramente en la ciudad de Murcia que hoy día cuenta con un museo dedicado a su obra, el Museo Salzillo que alberga alguna de sus obras más conocidas como el belén napolitano que le encargara D. Jesualdo Riquelme y Fontes o los pasos de la procesión de los Salzillos.
Denegó la invitación para trasladarse a Madrid y colaborar en el conjunto de esculturas para el Palacio Real Nuevo; acudiendo uno de sus discípulos Juan Porcel.
A pesar del reconocimiento que tuvo en vida, pasaría casi medio siglo de olvido hasta la exposición que se organizó a raiz de la visita que Alfonso XII realizó a Murcia en 1877. A ello le siguió la primera conmemoración del primer centenario de su muerte. Luego la Exposición Universal de 1992 en Sevilla; la presentación en 1998 de una exposición de su obra en Madrid, la posterior en Roma, etc… han situado a Francisco Salzillo como uno de los grandes artistas españoles de todos los tiempos.