“De la discreta forma en la que los inspirados versos de los peregrinos dan leal cuenta de su agradecimiento”.
Amigo Paco:¿Sencillez?, ¿Humildad?, ¿Qué comunicas
con tu verbo incansable y amistoso?.
Del austero románico y hermoso
trabajo es el ejemplo que predicas
A las musas su ayuda no suplicas.
Carácter incansable y laborioso.
Con gubias y pinceles hacendosos
el arte por el arte multiplicas.
Con olor a madera y a pintura,
impregnados los poros y la mente,
salí de tu taller. ¡Cuánta cultura!.
¡Cuán inmenso placer el conocerte!
Extasiado con cuadros y esculturas
te quedo agradecido cordialmente.
Escrito por Feli
Claustro románico del Monasterio de Sant Cugat del Vallés en Barcelona. En una sala adjunta se exponen las obras que ilustran este relato.
Acto segundo.
“Del asombroso suceso que aconteció a estos peregrinos”.
Con la sensación de que debíamos habernos postrado, apenas asimiladas la imágenes, no pudiendo dar crédito a lo ocurrido y con la confusión de habernos retrotraido en un viaje por todos los estilos artísticos hasta el románico, de la mano de un artista del renacimiento dejamos, con ganas de volver, el recinto de arte que constituye el Taller a pie de calle de Paco Salas.
Apenas unos pocos minutos antes, llegamos a la avenida donde habita el arte. Al reconocerlo nos acercamos, y tras la respuesta afirmativa, de que estamos ante el artista, nos pregunta de donde venimos. Por un momento parecemos peregrinos medievales.
La verja se levanta para nosotros y tras ella un mundo por descubrir. ¿Cómo puede generarse tantas obras? Olor a madera y pintura. Libros de arte se apilan desde el suelo. Centenares de piezas nos rodean.
Gubias aplastadas por el peso de la ingente tarea de la maza. Hemos entrado en el museo de arte mejor dotado. Los rostros aparecen por doquier. El de los cristos del Greco, el de los cuadros de Goya, de Velazquez nos confunden por su realismo. Las tallas románicas, góticas, modernistas… Todas con un toque especial, muy vivido, que coincide con la viveza de pensamientos, de ánimo y de espíritu de la voz que nos relata intensamente y sin descanso cada obra. Tan querida cada una. Tan rápidamente ejecutada. Tan expresiva.
¡Tanta generosidad y confianza en unos peregrinos, en unos desconocidos…!.
Nos llaman la atención todas las cosas… de pronto buscando racionalizar lo que nuestra sensibilidad intenta capturar, uno de nosotros formula la pregunta que parece estaba esperando el maestro. No es una pregunta, es más bien una exclamación…¡los rostros…! Da mucha importancia a la expresión de los rostros…. La afirmación tiene su premio, una lección gratuita de dónde están los puntos clave que dan expresividad al simple óvalo de una cara.
Unos troncos sin corteza de ciprés de olor y textura inolvidable. Nunca he trabajado el ciprés….se escapa de nuestro asombro. Rápidamente busca un tronco transportable y nos lo ofrece como regalo. ¡Como si no nos hubiera hecho ya bastantes regalos¡
Dejamos el torbellino de sensaciones atrapadas entre paredes innecesarias, y volvemos al mundo real de la calle tranquila. A pocos pasos la plaza y las impresionantes murallas del monasterio románico.
La sencillez, la hospitalidad, la contagiosa energía del vitalista espíritu renacentista del artista Paco Salas ¿es consecuencia directa de su influencia?. Probablemente lo único seguro es que los peregrinos volverán.
Escrito por Pemaro
Acto tercero y último
“De los sabrosos razonamientos que inspiraron en los peregrinos, el memorable encuentro con el venerado maestro”.
Yo veo a Paco como Da Vinci, artistas incansables que se atreven con cosas modernas. Paco es medieval, románico, lo suyo no es el detalle del barroco, sino la expresión en la sencillez o la austeridad del románico que a veces indaga en "futuras artes" como el modernismo.
Perfectamente nos podemos imaginar a Paco en el taller con una bata blanca hasta las rodillas, con sus bolsillos llenos de lápices o rotuladores, gubia en mano y sin parar de golpear con la maza, corriendo a alejarse para observar las proporciones y perspectivas, y volviendo a correr para seguir desbastando allí donde a lo lejos ha visto la forma dentro de la madera, totalmente concentrado en EL ARTE. Así son los artistas. Y en los descansos de ese golpeo y esas carreras, se sienta en un sillón viejo y mugriento, lleno de virutas y polvo, a soñar, sueños que plasma en la tela descansando con el pincel y la pintura.
Así es como veo a Paco Salas.
Escrito por Jordan