El origen de mi nombre es griego. Significa “aquella que posee sabiduría”. Dijo Sócrates que la verdadera sabiduría está en reconocer  la propia ignorancia.
Te invito a entrar en este modesto refugio para el pensamiento relacionado con el arte y la belleza.

Hay varios caminos para la creación artística. Uno de ellos estudia la evolución de las ideas estéticas para desarrollar un criterio propio.

Platón en sus “Primeros diálogos” relata como su maestro Sócrates formula una simple pregunta,  ¿qué es bello para todos y en todo tiempo?
Hipias de Élide sostiene que lo bello es una bella joven.
Sócrates replica que también puede hablarse de una hermosa lira, de un bello olivo o de una bella vasija. Son cosas bellas pero no lo bello en sí.
Hipias responde que la belleza añadida a las cosas es el oro. Dondequiera que se añada, incluso aquello que parezca feo, parecerá bello si está adornado con oro.

Sócrates ironiza diciendo que Fidias no hizo de oro los ojos y la cara de la prodigiosa escultura de la diosa  Atenea que habita en el Partenón ateniense.
Hipias reconoce que lo bello no es un determinado material, sino el uso adecuado de materiales como oro, mármol, marfil… Lo bello puede ser lo adecuado o conveniente. ¿Qué es conveniente lo real o la apariencia de la belleza?
Sócrates y Hipias acuerdan que lo bello puede ser lo útil. Los ojos son bellos porque sirven para ver. Pero ¿lo útil es bello cuando sirve al mal? Descubren que es más exacto decir que lo bello es lo provechoso, lo que produce el bien.
Sócrates plantea una nueva hipótesis, lo bello es lo que produce placer  proveniente de la vista y el oído.  Se da por separado en ambos sentidos  pero es una misma belleza.

Es este un diálogo que permanece abierto 2350 años después. Nuevas Ideas e interpretaciones han originado todos los movimientos artísticos que se han producido hasta la fecha.