En la sección de un tronco podemos distinguir varios planos de corte o secciones principales.
X es el plano de corte transversal. La superficie vista se llama testa y contiene los anillos de crecimiento del árbol.
El tronco del árbol crece aportando capas a un tallo cilíndrico inicialmente de pequeño diámetro. El tronco no es un cilindro regular sino cónico. La base es mayor y el extremo más próximo a la copa tiene menos diámetro.
R es un plano de corte radial. La separación de sus líneas longitudinales muestra el mismo patrón de separación que líneas de crecimiento. Más juntas significa años de penuria en las que el tronco no creció tanto.
T es un plano de corte tangencial. Como su nombre indica es tangente a los anillos de crecimiento del tronco. Como es cónico las líneas longitudinales de la sección tangencial forman lo que llamamos vetas de la madera. Son las líneas en las que cortamos los anillos cónicos de crecimiento.
En un taco es posible determinar el sentido de crecimiento. Podemos deducirlo contando los anillos de ambas testas.
A igualdad de superficie de la testa, la sección más alejada de la base del tronco tiene más líneas de crecimiento y están más juntas.
El durámen o madera del tronco del árbol (lo que queda de eliminar la parte central del tronco llamada médula y la más próxima a la corteza) es el que soporta el peso vertical de toda la copa incluso bajo una fuerte nevada. Por lo tanto la fibra ofrece su mayor resistencia en los extremos que configuran la “testa” del taco.
La presión que tendremos que ejercer para clavar el filo de la gubia o del cuchillo, va a ser muy diferente según cortemos los tabiques tubulares desde la testa de la madera, en sentido longitudinal de la fibra o de forma transversal. El riesgo de rotura incontrolada va a ser muy diferente en cada caso.
Los principiantes cuando estamos frente a un taco virgen de madera no podemos esperar y clavamos la herramienta de forma irreflexiva.
Cuando iniciamos la talla en un taco de madera debemos intentar “visualizar las fibras imaginando su disposición”.
Con la práctica basta con iniciar el corte para percatarse de si estamos levantando fibras o si el corte es mejor hacerlo en otra dirección.
Preveerlo de antemano, antes de tocar la herramienta es un ejercicio muy recomendable.
Cortando a testa:
Con una gubia de calidad, bien afilada y asentada podemos cortar “a testa” en cualquier dirección.
La gruesa pared de poros tubulares que en esta cara nos vemos forzados a cortar de frente, opone una alta resistencia.
El corte es limpio tanto cortando en dirección T1 o perpendicular a aquella (T2).
El corte en testa se identifica por requerir un esfuerzo mayor. También porque la marca hecha sobre el tilo adquiere una tonalidad anaranjada obscura.
Cortando a favor de fibra
Los cortes son igualmente limpios pero la fuerza a aplicar es mucho menor en las caras radiales derecha e izquierda cuando cortamos en los sentidos opuestos Rd1, Rd2, Ri1 y Ri2. Aquí cortamos fibras tubulares con el filo horizontal hacia arriba o hacia abajo siguiendo el sentido de las fibras.
Cortando a contra-fibra
El tema cambia cuando cortamos con el filo de la gubia vertical atravesando longitudinalmente las fibras (Ri3 y Ri4).
El corte es muy fácil, más que en el caso anterior, pero rugoso e irregular. El filo se mete entre “los tubos” y los separa.
A diferencia de otras maderas el tilo se presta bien a ser tallado a contra-fibra. Es “la madera que puede ser tallada en cualquier dirección”.
La limpieza del corte mejora notablemente si las fibras se tallan oblicuamente, con un pequeño ángulo hacia abajo o hacia arriba.
Tallando aristas
Son estos los puntos más débiles de una talla. Hay muy pocas fibras en la esquina.
Arista intersección de dos caras radiales
Clavemos la gubia en la arista a1. Si miráis la fotografía anterior donde se muestra la posición en el taco, veréis que tiene una peculiaridad.
En testa las líneas de crecimiento son paralelas a la arista. Dicho de forma más técnica, la arista está dentro del plano de la sección tangencial del tronco de madera.
Cuando el plano de la arista empieza a tener el ancho suficiente podemos considerarlo un auténtico plano tangencial.
Al cortar verticalmente con el filo paralelo al plano tangencial, podemos controlar el corte en cualquiera de las dos direcciones opuestas.
Si cortamos longitudinalmente las fibras en el plano tangencial, el esfuerzo necesario para cortar es débil, algo mayor que en las caras radiales Rd y Ri .
Al igual que ocurría en esas caras, el corte está descontrolado.
El filo de la gubia se encarrila entre las líneas de crecimiento y las abre.
El corte limpio inicial se convierte en un arranque de fibras que progresa rápidamente hacia abajo levantando una astilla incontrolada.
Arista intersección de una cara radial con una cara en testa
Una arista es la intersección de dos caras y por tanto promedia las propiedades de ambas.
Si tallamos las aristas de testa (a5 por ejemplo) notaremos que la fuerza necesaria para que avance el filo de corte es bastante mayor.
Es interesante comprobar que avanzamos más fácilmente si cortamos la arista en el sentido de la médula hacia la corteza del tronco. Si lo hacemos en sentido contrario al de crecimiento del tronco la resistencia al corte es algo mayor.
Arista intersección de dos caras radiales
Si tallamos la arista en la que confluyen dos caras radiales (a2 o a4 por ejemplo), el corte en el dirección de la arista y en sentidos opuestos no presenta problema alguno.
El corte es limpio y controlable.
Cuando el plano obtenido empieza a ser suficientemente ancho, también es posible el corte perpendicular a la arista. Las restricciones son similares a las del corte transversal en cualquiera de las dos caras radiales, Rd y Ri. El filo de la gubia o cuchillo se mete entre las fibras y las levanta casi sin esfuerzo.
Cortando fibras en zonas cóncavas y convexas
Utilizaremos un símil montañero. En una zona convexa a modo de colina es preferible tallar desde la cima de forma radial hacia la base.
En una zona cóncava difícilmente podremos tallar desde el fondo hacia el vértice. Es más accesible a la herramienta hacerlo del vértice hacia el fondo, pero hay un punto central en el que la herramienta se introduce entre las fibras y desgarra. Se trabaja cada lado del vértice hasta el fondo. Luego puede cortarse longitudinalmente la viruta acumulada en esa zona central.
Debemos volver a imaginarnos las fibras que afloran en cada uno de los flancos laterales de la cavidad y que emergen de cada una de las caras de la colina. Si en ambos casos se cortan oblicuamente, siguiendo la ladera desde la cima, evitamos que el filo de la herramienta se “meta entre las fibras” y levante la madera en lugar de cortarla.
Ejemplos de aplicación:
Aplicación en chip carving
En el ejemplo práctico, los cortes que precisan mayor presión sobre el cuchillo vienen marcados en la fotografía. Entre las caras difíciles la que más cuesta es la inferior: La orientada paralelamente a la testa.
El corte más fácil está en la parte superior: La que sigue la misma dirección que las fibras. Aquí hay que controlar más el cuchillo para evitar el sobre-corte.
Resulta claro que hay que elegir la posición del dibujo sobre la tabla, para hacer más fácil la talla de un marco como este o de cualquier otro motivo de talla decorativa.
Aplicación en talla exenta de pequeño tamaño.
En este ejemplo, fue necesario preveer unas pestañas para poder fijar la talla mientras se vacía por ambas caras.
Al ir adelgazando la zona de unión ¿qué pestaña resistirá mejor la rotura?
Teniendo en cuenta el sentido de las fibras y la ubicación de las testas, parece previsible que aguanten más firmemente unidas las dos pestañas pequeñas perpendiculares al sentido de fibra.
Y efectivamente tuvimos que cortar la pestaña de la base para evitar que arrancase las fibras de la parte inferior de la pieza.
Aplicación a una talla exenta con apéndice prominente
En este ejemplo, podemos elegir varias disposiciones para dibujar la silueta en el taco de madera. Elegir aquella que preserve la integridad de la zona más frágil de la talla puede ahorrarnos tiempo esfuerzo y disgustos.