Nació en el taller de su padre. En el aprendió a dibujar como Murillo, gran amigo de la familia, y luego las técnicas del trabajo en madera, piedra, barro y el empleo de la pintura, dorado y estofado.
De 8 hermanos el de más valía artística. No fue el único en dedicarse al oficio de la talla.
El prestigio de un taller dependía del trabajo anónimo de hijos, hijas y otros familiares que participaban muy activamente, según sus aptitudes, en las diversas tareas.
De este modo los “secretos de taller” permanecían en familia y los mejores aprendices quedaban en casa. Su padre, un afamado escultor del último barroco andaluz. Formado con Alonso Cano en la prestigiosa escuela de Granada se trasladó a Sevilla abriendo en la capital un taller propio.
El estilo barroco de cabellos y ropajes ondeantes, de su padre es llevado a formas de expresión más marcadas, más humanas, sentimentales y sensibles, a veces tiernas, a veces duras o agresivas. Es notable la delicada minuciosidad y realismo con que trabaja las manos y rostros en cedro, mientras talla en pino el resto del cuerpo y ropajes.
¿Sabéis de que artista español estamos hablando?
Su obra de imaginería, muy abundante y sus características terracotas de pequeño tamaño, se distribuyen por Andalucía, Madrid, Cuenca (Sisante).... De temática religiosa representa temas de la Pasión de Cristo, de Jesús Niño, de la Vida de la Virgen, la Sagrada Familia y los Santos.
Los escultores tenían muchos encargos de “santos de palo” pues sus imágenes reforzaban la debilitada Iglesia católica tras la reforma protestante de Lutero.
A este hecho hay que unir la influencia de una mística propia, única en Europa y razones mucho más prosaicas. La madera es más barata que otros materiales y un soporte excelente para enriquecerla con pintura y dorado. Permite un mayor naturalismo y fuerza expresiva,. Se hacían de piezas ensambladas. Un error de gubia puede ser arreglado pintando o añadiendo una tela encolada que no se nota bajo la policromía.
Por sabio consejo de un maestro de talla amigo de Tallamadera.com nos parece muy apropiado traer a nuestro tiempo, con la ayuda de Photoshop, el rostro juvenil de este artista inmortal, recreándolo en el taller de su padre y arropándolo, como es nuestra costumbre, con sus obras.
No ha llegado hasta nosotros su rostro. Ni una sóla pintura o dibujo. Providencialmente un encargo del rey Carlos II, el último habsburgo en el trono español tal vez pueda ayudarnos. Fue mostrado en el Escorial.el 15 de octubre de 1692
Se trata de una enorme talla en madera policromada de San Miguel derrotando al demonio, con el supuesto retrato de ella en la cara del ángel y de su marido en la del demonio.
Con esta obra conocida como el “Arcángel femenino” la escultora Luisa Ignacia Roldán Villavicencio “La Roldana” (Sevilla 1652 – Madrid 1704) “hija del famoso maestro Pedro Roldán”, logro recompensa a tres años de penuria económica, haciendo belenes de terracota para la burguesía adinerada de Madrid.
Conquistó el puesto de “Real escultora de cámara” .
En octubre de 1701, es nombrado rey Felipe V. El primer Borbón en reinar en España. Tras su solicitud y la ayuda del Marqués de Villafranca.es restituida en su puesto. Pero como ya hizo su antecesor no paga sus encargos, dándose la paradoja de que bajo el mecenazgo de la corte los protegidos del rey conocen el hambre.
La gran escultora acabó su vida el 10 de Enero 1706, a los 54 años de edad tras firmar carta de pobreza, siendo enterrada en la madrileña parroquia de San Andrés. Ese mismo año la prestigiosa Accademia di San Luca di Roma le otorgó el título de “Accademica di Merito”
Sin embargo, el prestigio e incluso la influencia estilística de la tallista siguen vivos en muchas esculturas neobarrocas creadas en el Siglo XX para la Semana Santa sevillana o en la exposición en los Reales Alcázares de Sevilla de 30 de sus obras celebrada en 2006 en el aniversario de su muerte.